2016

Esta nochevieja quiero hacer un brindis, quiero brindar por muchas cosas, lo primero de todo brindar por todos los sueños que he cumplido (que no han sido pocos), brindar por todas las metas por las que he luchado y las que me quedan por luchar. Quiero también brindar por los errores que he cometido, por las veces que fracasé y que a pesar de ello, nunca me rendí y seguí intentándolo. Por lo mal que lo he podido llegar a pasar en varias ocasiones y por la fuerza que tuve para no permitir que eso pudiera conmigo. Por las veces que me emocioné, porque nunca supe lo que era llorar de alegría hasta este año. 

Brindar por la gente que me acompañó, la que siempre está y nunca falla, por toda la gente especial que he conocido y que de la nada se han convertido en gente importante para mi. Por la gente en la que creí confiar y la que consideraba indispensable y luego acabó fallándome. Por la gente que se fue injustamente y esté donde esté, se encuentra en un lugar mejor. 

Normalmente no suelo escribir este tipo de cosas cuando acaba el año, ya que en el 2017, seguiré luchando por lo que quiero, seguiré cagándola y cometiendo errores, seguiré teniendo buenas y malas rachas, seguiré fracasando y seguiré intentándolo hasta que consiga todo lo que me proponga (soy así de cabezona, que se le va a hacer...) y gracias a ello me haré más fuerte cada año. Pero considero que este 2016 ha sido importante por todo lo que he vivido y merece la pena dedicarle unas palabras. 

Por tanto, este 31 de diciembre dedico el brindis a todo aquel que haya formado parte de este año, porque aunque sea de forma buena o mala, ha aportado algo, ya sea con buenos momentos o con lecciones sobre como actuar o como ver las cosas.