Empezando el año por todo lo alto


29/12/17
El año estaba a punto de terminar y después de lo épico que fue el 2017 en cuanto a viajes festivales y conciertos, necesitaba acabarlo y empezar el 2018 haciendo honor al gran año que se iba. No me molesté mucho en pensar que era lo que quería hacer exactamente, sabía perfectamente donde quería irme… Holanda. 

Sin pensármelo dos veces, reservé todo lo necesario para poder irme y puse rumbo a los Países Bajos, una vez más. En mi cabeza sonaba un poco ridículo querer irme de viaje al lugar donde en tres semanas, empezaría mi vida, pero, como siempre, hice lo que realmente necesitaba. Sabía los motivos y fui a por ello. 

Esta vez, tras mucho mirar ciudades y haberme recorrido el país casi entero, decidí alojarme en la ciudad de Nijmegen, una preciosa ciudad casi al sur del país, y el lugar que haría que mi final y empiece de año fuese épico. Era el primer año que pasaba la nochevieja y el año nuevo lejos de mi familia, por lo que fue bastante raro, pero a la vez, emocionante, por saber que pasaría. 

Había varios planes para celebrar el comienzo del año, pero, después de darle muchas vueltas, decidí irme al Fatality NYE. No sabía mucho que esperar de esa fiesta, pues, no era un festival como tal y me apetecía que el empiece de año fuese ÉPICO. Me sentía muy muy rara y triste de saber que al estar en ese festival, no podía seguir la tradición española y comer las 12 uvas. Intenté no pensarlo y hacerme a la tradición del lugar. La fiesta empezó y el momento se acercaba. 10…9…(…) 3…2…1… HAPPY NEW YEAR. La verdad que fue emocionante ver a la gente tan contenta e ilusionada, todos se abrazaban y bebían y yo me sentía feliz por todo lo que estaba pasando.

La noche continuaba y cada vez me lo pasaba mejor, los artistas hicieron unos sets increíbles y las horas iban pasando cada vez más rápido. Cuando me quise dar cuenta, era la hora de volver a casa, pero para mi y la gente con la que estaba, la fiesta no había acabado. Estaba feliz y triste a la vez, por no tener a mi familia cerca, pero feliz de empezar el año con la persona que más marcó mi 2017, me sentía tan contenta de estar a su lado que no podía parar de sonreír. 

El viaje llego a su fin, era hora de volver a la realidad y a la rutina y lo que era peor, despedirse otra vez de la gente de Holanda, aunque esta vez, todo fue diferente. Era la última despedida, y no se hacía tan dura, pues en tres semanas todo iba a cambiar. 

Irene 
 


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