Conociendo a Martin Garrix

27/07/2017
Quien me iba a decir a mi hace unos años que acabaría cumpliendo uno de los mayores sueños de mi vida. 

Todo ocurrió en el viaje a Ibiza, el segundo día de estar allí, fui a una fiesta de Tomorrowland que se hizo en Ushuaia. Allí, me presentaron a una de las personas que hicieron realidad mi sueño y a la que hoy en día, le haría 30 monumentos por el mundo. Estuvimos hablando un buen rato hasta que salió el tema de Martin Garrix, a lo que él, con mucha tranquilidad, me dijo: "No te preocupes, este Jueves le conocerás". Mi reacción fue lo más épico que se podía haber visto en ese momento, fue una mezcla entre ganas de gritar y  de llorar de la emoción. 

Quedaban dos días para conocerle y los nervios no podían ser más grandes, iba a conocer a mi ídolo, a la persona a la que llevaba años queriendo conocer. Esos dos días en Ibiza, no pude parar de pensar en cómo sería el momento de estar con él, cuando me quise dar cuenta, el día había llegado. 

Me levante como si me hubiese tomado 4 Redbull y me fui a la playa a comer, estaba tan sumamente nerviosa que se me había cerrado el estómago y no tenía nada de hambre. Ese día, quería ponerme bien guapa por lo que subí antes a casa a ducharme y a prepararme. Las horas hasta que llegara el momento se estaban haciendo eternas y los nervios eran más y más grandes.  

Estaba a punto de empezar a pinchar y de repente apareció aquel buen hombrecillo que me dijo que conocería a Martin Garrix, primero, me subió al escenario para que le viera pinchar desde bien cerca y yo no me lo podía creer. Su set me encantó muchísimo, pero siendo realistas, se me hizo bastante largo ya que al acabar llegaría el momento de conocerle. 

Cuando acabó de pinchar, se metió al backstage donde me llevaron a mi también, el corazón me iba a mil por hora, las piernas me temblaban y no sabía que decir. Cuando se acercó a mi me dio un abrazo que literalmente me dejó sin habla, no me podía creer nada de lo que estaba sucediendo. Quería decirle tantísimas cosas que no sabía ni como hablar. Estaba con él y no era consciente, no sabía si era un sueño o era de verdad. 

Fue una de las mejores y las más bonitas experiencias de mi vida, conocer a un ídolo es algo único e inmemorable, nunca olvidaré la ternura con la que me abrazo y mucho menos el hecho de  estar con él. La gente que me conoce sabe lo mucho que significa para mi ese momento, tantos años soñando con poder conocerle hicieron de esa oportunidad algo indescriptible. Y si, a día de hoy, me sigo sintiendo la persona más feliz y afortunada del planeta. 



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