Visitando Los Países Bajos: Zaanse Schans

27/02/2018
Siguiendo la ruta turística por Los Países bajos, la siguiente excursión tuvo lugar en Zaanse Schans, un pequeño barrio que se encuentra al norte de Holanda. Es característico por sus famosos molinos, pero para mi, recogía todas y cada una de las tradiciones neerlandesas. 

El mal tiempo tuvo mucho que ver en esta excursión, aunque no fue un impedimento para disfrutar de ese día. Zaanse Schans se encuentra en un lugar, el cual, no tiene nada a su alrededor, y por tanto, las temperaturas son mucho más bajas. Era un día soleado, pero desafortunadamente nos encontrábamos con una ola de frío en el país y con temperaturas por debajo de los cero grados. 

Cuando llegué, me quedé sorprendida, era un pequeño pueblecito con muchos molinos alrededor de un precioso lago. Todas las casas de ese pueblo eran verdes, parecía un lugar de cuento. Nada más llegar, fui a un museo en el que explicaban la historia y la evolución de uno de los objetos más famosos de este país: los zuecos. En dicho museo podías encontrar varios tipos de zuecos con la finalidad que tenían cada uno de ellos, además de su historia. También podías ver como fabricaban los zuecos y las máquinas que se usaban para su elaboración. 

Después del museo, me dirigí a una tienda de quesos holandeses, en la que podías probar todos y cada uno de los quesos típicos de Los Países Bajos. Había tantas variedades de quesos, que hasta podías encontrar queso con sabor a coco, como también otros sabores que jamás imaginarías que pudieran mezclarse con el queso. Sin duda alguna, mi parte favorita de la excursión, ya que para una persona que le encanta el queso, como es en mi caso, estar en esa tienda era como estar en el paraíso. 

Solo quedaba por ver los molinos, cada uno de ellos tenía una finalidad diferente: en algunos se creaban especias, otros se usaban para pintar, fabricar pan... 
Por suerte pude entrar en uno de ellos. Ya dentro me quedé fascinada, los molinos por dentro son mucho más grandes de lo que parecen. El molino al que entré, servía para corta madera de los troncos de los árboles. Los trabajadores de dicho molino dieron una explicación sobre el funcionamiento del molino cortando la madera y mostrando el gran trabajo que conllevaba, pues no era nada fácil.  

Con el frío y el cansancio de la visita, la mejor forma de acabar esa excursion, fue tomando un chocolate caliente con nata, el mejor remedio para entrar en calor, tras un día de mucho andar y de bajas temperaturas. Sin duda alguna, un lugar precioso y con mucho encanto que te da la oportunidad de conocer las reliquias que tiene este país. 





Comentarios

Entradas populares